De Colombia a Australia: Mi experiencia estudiando inglés en el exterior con familia a bordo

Hola, soy Lorena, soy colombiana y vivo en Australia desde hace 11 años. Como muchas personas, siempre tuve el sueño de estudiar en el extranjero...

AUSTRALIAINGLÉS

2/13/20254 min read

Hola, soy Lorena, soy colombiana y vivo en Australia desde hace 11 años. Como muchas personas, siempre tuve el sueño de estudiar en el extranjero, y más aún porque mi esposo hablaba constantemente de su propia experiencia, la cual había sido maravillosa.

Él estudió inglés en el Reino Unido durante un año apenas terminó la universidad y siempre mencionaba lo mucho que esa experiencia le había cambiado la vida. Entonces me dije: ¡Quiero hacer lo mismo!

En mi caso, en Reino Unido no era la mejor opción, el clima no me gustaba y yo quería viajar junto con mi familia. Y por eso y gracias a que mi hermano llevaba varios años viviendo en Australia me convencí de elegir este destino. Además, Australia era uno de los pocos países que me permitía viajar con mi familia y, además, nos daba derecho a trabajar. Nosotros teníamos algunos ahorros, pero sabíamos que el costo de vida en un país desarrollado podía ser mucho más alto. Por eso, tener la posibilidad de trabajar mientras estudiábamos era clave para hacer realidad nuestro sueño.

Hoy les cuento mi historia a solicitud de Edutravel International. Hace aproximadamente 12 años, ellos me ayudaron a obtener mi visa de estudiante, y por eso, con alegría, les comparto mi experiencia.

El proceso para llegar a Australia

Lo primero que hice fue contactar una agencia de estudios. En mi caso, como podrán suponer, me comuniqué con Edutravel International, la agencia que me recomendó mi hermano y que había ayudado a él y a varios de sus amigos a obtener la visa de estudiante. Desde el principio, me brindaron toda la orientación necesaria, me explicaron los requisitos y me acompañaron en cada etapa del proceso.

Aun con la ayuda de Edutravel, el proceso no fue sencillo. La documentación era muy estricta y tuvimos que presentar muchas pruebas para demostrar que nuestra solicitud para viajar a Australia en familia, con fines académicos, era genuina. Afortunadamente, al contar con una buena asesoría, logramos obtener los resultados esperados.

Desde que presentamos la solicitud de visa hasta que nos la aprobaron, pasaron dos meses de espera llenos de ansiedad. Finalmente, llegó el gran día y aterrizamos en Melbourne, una ciudad vibrante, multicultural y llena de oportunidades. Mi destino académico fue Impact English College, una de las mejores escuelas de inglés de la ciudad.

Mi esposo llegó como mi dependiente, lo que le permitía trabajar medio tiempo. Él ya sabía inglés, así que desde el primer momento me animó a sumergirme en el idioma. Su consejo principal fue claro: asistir a clases era importante, pero lo realmente clave para aprender inglés era usarlo en la vida real, hablarlo siempre y evitar a toda costa comunicarse en español.

Un reto como familia

El mayor desafío que enfrentamos fue organizarnos como familia en un país nuevo. Éramos tres: yo estudiando, mi esposo trabajando medio tiempo y nuestro hijo pequeño que, en ese momento, tenía solo dos años. La adaptación no fue fácil, pero tuvimos la gran fortuna de que mi mamá pudo venir como turista a ayudarnos en los primeros meses mientras organizábamos todo.

Una de las primeras decisiones que tomamos fue inscribir a nuestro hijo en un Family Day Care, un sistema de cuidado infantil donde los niños son atendidos en el hogar de un cuidador certificado. A diferencia de las guarderías tradicionales, estos centros suelen ser más pequeños, lo que nos dio tranquilidad al saber que nuestro hijo recibiría atención más personalizada. Así fue como logramos organizar nuestras rutinas diarias:

  • Yo iba a clases en Impact English College.

  • Mi esposo dejaba a nuestro hijo en el Family Day Care antes de salir a trabajar.

  • Después de clases, yo trataba de socializar con mis compañeros de diferentes países como Corea, Francia y China. Había otros colombianos, pero me esforzaba en hablar solo inglés.

  • En casa, continuaba con la regla de solo hablar inglés con mi esposo.

  • En las noches, trabajaba limpiando oficinas para contribuir con los gastos.

Por su parte, mi esposo logró combinar trabajos en Australia con proyectos remotos en Colombia, lo que nos ayudó mucho económicamente. Inicialmente, trabajó limpiando en un molino de harina, luego en una frutería y más tarde en un restaurante. Eran trabajos que nunca había hecho antes, pero los asumió con ganas y orgullo porque sabía que eran parte de nuestro camino hacia un futuro mejor.

Logrando el objetivo

Mi experiencia en Impact English College fue increíble. Desde el principio, sentí que estaba en el lugar adecuado. Mis profesores eran nativos y muy dedicados, y mis compañeros eran de diversas nacionalidades, lo que me obligó a mejorar mi inglés rápidamente. A pesar de los desafíos, en solo nueve meses pasé de apenas saber decir "hello" y algunos colores básicos a alcanzar un nivel avanzado.

Sin duda, el esfuerzo valió la pena. No solo aprendí un nuevo idioma, sino que crecí enormemente como persona. La experiencia de vivir en otro país, enfrentar nuevos retos y salir de mi zona de confort fue transformadora.

Un futuro en Australia

Después de terminar mis estudios, mi esposo decidió que era su turno de estudiar. Aplicamos para una nueva visa con él como estudiante, lo que nos permitió seguir en el país. Con el tiempo, él consiguió un empleador que lo patrocinó para quedarse en Australia, lo que nos permitió establecernos de manera definitiva. Hoy, llevamos más de 11 años en este hermoso país y hemos construido una vida llena de oportunidades.

Reflexión final

Estudiar inglés en Australia fue una de las mejores decisiones de mi vida. No fue fácil, especialmente al venir con mi hijo, pero cada desafío trajo consigo una recompensa. Aquí hay oportunidades, pero hay que trabajar por ellas. Hoy, al mirar atrás, me siento agradecida por haber tomado la decisión de dar ese gran salto. Si tienes el sueño de estudiar en Australia, ¡hazlo! Puede ser un reto, pero te aseguro que valdrá la pena.


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